Con este post cerramos la serie dedicada a los
estilos de enseñanza en línea, la cual se basó en esta publicación. Aquí puedes ver la primera entrega y aquí la segunda.
En esta ocasión, hablamos de un estilo de
enseñanza centrado en empoderar al estudiante. En este caso, el instructor o el
administrador del entorno de enseñanza en línea asigna a los estudiantes, en
grupo o individualmente, la resolución de un caso o un problema.
En particular, lo que se busca en este estilo
es que los estudiantes tengan la libertad para buscar información y plantear sus propias propuestas de solución sin una intervención o coaching
detallado por parte del docente en línea. Esto permite a los estudiantes encontrar sus propias maneras de hacer frente a una situación, para
llegar a sus propias conclusiones y convertirse en aprendices más independientes.
El docente en línea asigna una tarea
específica al estudiante y deja abierta la posibilidad para que el alumno
colabore con otros estudiantes y sea él quien plantee preguntas que le permitan
comprender plenamente el problema y plantear soluciones. Los alumnos, entre sí,
pueden presentar los retos a los que se enfrentan durante la resolución de la
tarea y plantear soluciones preliminares. Con ayuda del docente, son ellos los
que evalúan su propio progreso, de tal manera que ganen confianza en su propio
camino para resolver situaciones.
Algunas recomendaciones cuando se deja una
actividad de este tipo, es que las tareas o problemas a resolver signifiquen un
reto para el estudiante, pero sin convertirse en una experiencia abrumadora. Es
muy importante plantear con claridad el asunto, para que los estudiantes sepan
exactamente qué es lo que se espera de ellos y qué es lo que aprenderán en el
proceso. Por supuesto, es necesario cuidar que los tiempos y los plazos de
entrega sean lo suficientemente razonables, de acuerdo a la carga académica del
estudiante y a sus posibilidades de colaborar en línea.
Cómo en los demás casos, es imprescindible reconocer los aciertos que va teniendo el estudiante durante el proceso y
ofrecer la guía necesaria cuando el estudiante corra el riesgo de desviarse “demasiado”
de los posibles caminos para resolver la situación.
Finalmente, es importante señalar que los tres
estilos que hemos presentado en esta serie no son incompatibles entre sí. De
hecho, es común encontrar que un docente en línea incorpore alguno de ellos o
una combinación en diferentes momentos del curso, de acuerdo al avance académico
y a las características de sus alumnos.
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