Con información de MIT Technology
Review en español
Inaugurada en 2012,
el objetivo de Udacity es lograr que la
educación sea asequible para todos. Todas las clases están disponibles gratis
en la Web y algunas además ofrecen créditos universitarios por una tasa de 150
dólares (unos 2000 pesos mexicanos). Mucha
gente ha recibido a los MOOCs
(siglas en inglés de los cursos masivos abiertos en línea) como el futuro de la
educación, pero aún están dando sus primeros pasos y todavía les queda mucho
camino por recorrer.
El director
ejecutivo de Udacity, Sebastian
Thrun se sentó a charlar sobre el estado actual y el futuro de la educación
en línea con la redactora de tecnología de la información de MIT Technology Review, Rachel Metz en las
oficinas de Udacity en Mountain View, California (EE.UU.). En Mi Educación en Línea
reproducimos la entrevista para conocer la opinión de uno de los emprendedores
más importantes en esta área.
RM: ¿Cómo ha cambiado la enseñanza en línea desde que
inauguraste Udacity?
ST: Hemos hecho
evolucionar el concepto de los MOOCs, ahora son cursos que ayudan a la gente a
lo largo de todo el proceso, hasta completar el curso. Las tasas de
finalización más recientes en programas piloto que hemos estado haciendo han
sido del 85 por ciento, en comparación con el 5 o el 4 por ciento habituales en
el mundo de los MOOCs.
Es una diferencia impresionante entre el número de
personas que empiezan y el que acaban un curso en línea. ¿Cómo consigues que
suceda?
Lo hemos logrado
usando dos ingredientes principalmente. Uno es añadir un valor a los
certificados que reciben los estudiantes, y la propuesta de valor que
hemos escogido son los créditos universitarios o títulos universitarios, que no
obtienes a menos que completes el curso. Estamos asociados con una institución,
la Universidad San Jose State. Y ahora también estamos trabajando con la
Universidad Georgia Tech (EE.UU.) para ofrecer un grado completo que empezará
en enero del año que viene. El grado lo ofrecen ellos, puesto que nosotros no
estamos acreditados, pero podemos proporcionar toda la infraestructura y la
salsa secreta para que la cosa funcione.
El segundo
ingrediente es que ahora también ofrecemos servicios bastante amplios a los
estudiantes. Tenemos a gente sobre el terreno que te ayuda durante todo el
recorrido. Resulta que si los estudiantes no están solos en manos de un sistema
informático, si hay gente hablando con ellos en línea, se logran tasas de
finalización mucho mejores. Tenemos una línea de ayuda, tenemos mentores que te
guían para organizarte el tiempo, y te recuerdan que hagas tus tareas y demás.
¿Crees que en general la tasa tan baja de finalización
actual de los MOOCs tiene algo que ver con las expectativas de los usuarios?
¿Los usuarios esperan demasiado y se sienten decepcionados?
Incluso en las
instituciones más prestigiosas se observa que los estudiantes suelen coger los
cursos que menos trabajo dan. Hay quien va a aprender, pero hay quien va porque
quiere un título. A veces es porque los cursos son demasiado largos. Muchos
MOOCs son como clases semestrales, y es mucho tiempo de asistencia. En la
actualidad los videojuegos, por ejemplo, son mucho más cortos; los tuits son
mucho más cortos que los correos electrónicos ¿no? Así que todo es más corto,
más rápido. Hasta cierto punto nos tenemos que adaptar a eso.
No solo hay estudiantes usando Udacity, sino también
empresas, para formar a los trabajadores y para llegar a empleados potenciales,
¿verdad?
Tenemos un montón de
empresas asociadas que nos han proporcionado cursos, han financiado cursos,
construido cursos, o trabajado con nosotros para construir cursos. La idea ha
sido que la fuerza de trabajo moderna necesita tener determinado tipo de conocimiento,
y es mucho más rápido proveerlo a través de una plataforma como Udacity que a
través de una universidad convencional.
Para empezar, a las
empresas les interesa porque ayudan al mundo a adquirir determinadas
habilidades. A menudo esas habilidades están relacionadas con sus propios
productos. Google, por ejemplo, escogió hacer un curso de HTML5 que es un
lenguaje Web, y la propia Google tiene interés en que la gente adquiera un
mayor conocimiento de HTML5. Pero también consiguen empleados y becarios de
estos programas. Cualquiera de estas empresas suscribe un trato por el cual
tienen acceso a los mejores estudiantes de esas clases. Hemos descubierto que
los estudiantes más destacados de esos cursos compiten favorablemente con los
mejores estudiantes de las principales instituciones académicas
estadounidenses. Y muy a menudo los mejores estudiantes de nuestros cursos no tenían
acceso a las principales instituciones educativas estadounidenses por distintas
razones, geográficas, demográficas. A veces es simplemente cultural.
Estos cursos
encuentran a estudiantes con muchísimo talento, les enseñan algo muy
importante, alguna habilidad, lo que los hace muy deseables para el mercado de
trabajo. Hemos colocado directamente a decenas de estudiantes en puestos de
trabajo, pero además sabemos de cientos de personas que han encontrado trabajo
gracias a nuestros certificados. Y esto solo es la punta del iceberg.
¿En qué tecnología están trabajando o están pensando
que podría hacer que los cursos en línea sean más entretenidos o interactivos?
Tenemos que trabajar
mucho sobre la inteligencia artificial, comprender de verdad dónde podemos
llevar a un estudiante si tiene determinado perfil de aprendizaje. Ahora mismo
hacemos esto en parte manualmente, analizamos los perfiles de los estudiantes, hacemos
predicciones sobre las tasas de éxito y ahora mismo intervenimos manualmente
basándonos en las predicciones que logramos de los perfiles de los alumnos.
Pero es algo que aún no hemos automatizado. Así que con el tiempo habrá una
importante pieza de inteligencia artificial ahí instalada que te observa
mientas aprendes y te ayuda a escoger el lugar de aprendizaje o la tarea más
adecuada para que seas más eficaz y obtengas una satisfacción mayor.
¿Cuánto tardaremos en llegar a ese punto?
Creo que por lo
menos un año.
¿Qué aspecto tendrá eso en Udacity?
Podrías entrar y el
curso te podría decir: ok, aquí tienes un problema, calcula una proposición
geométrica interesante o resuelve una serie de ecuaciones, y que cuando
empieces a escribir tu respuesta, el programa se dé cuenta de que ni siquiera
sabes lo que son las fracciones. Sin despreciarte te dirá: está bien, vamos a
hacer un pequeño desvío; a ver si eres capaz de hacer fracciones. Y de repente
tienes un problema que es mucho más fácil. Puede que lo resuelvas bien, en cuyo
caso el sistema te dará la enhorabuena y
volverá a la pregunta original. O puede que no sepas hacerlo, entonces no tiene
sentido darte las preguntas difíciles, es mucho más inteligente darte las
fáciles. Es un poco lo que haría un buen tutor, ¿no?
Hablando de Inteligencia Artificial, ¿qué te parecen
las correcciones y el feedback automatizados? ¿Puede llegar a ser tan hábil o
incluso mejor que un profesor humano?
Los programas de
ordenador se evalúan mediante compiladores. Las opciones son bien o mal y hay
programas informáticos que te ayudan. Incluso en ese caso no es algo
completamente trivial. Si quieres probar un teorema, no es del todo evidente
cómo se evalúa, pero al fin y al cabo es fácil. Compáralo con el diálogo
crítico en la filosofía, el discurso en la filosofía. En ese caso es la
sutileza del lenguaje la que marca la diferencia y mucho más. No es solo
evaluar y puntuar, también el feedback. Cuando alguien escribe un ensayo,
quieres darle unas pautas con sentido para que pueda mejorar. He visto
bastantes progresos en la evaluación de ensayos, pero no he visto casi nada de
progreso en el feedback cualificado. Y ahí es donde tienes una elección muy sencilla,
dejas que lo hagan personas. Ahora mismo nuestros cursos exigen que los alumnos
escriban ensayos y esos ensayos son evaluados por personas, lo cual es perfecto
en mi opinión. ¿Por qué no? Hay mucha gente sin trabajo en este país. No creo
que todo tenga que estar informatizado.
¿Dónde espera que esté Udacity de aquí a cinco años?
Creo que seremos
igual que una universidad, pero seremos una universidad del siglo XXI
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