Cómo en cualquier
modelo educativo, en la educación en línea los estudiantes se apropian de los
conocimientos y habilidades que promueve el programa de estudios, a través de la
guía y orientación de los docentes o tutores para realizar diferentes tipos de
actividades. Por ello, resulta muy importante entender el estilo de enseñanza
de los docentes, así como el modelo de gestión del proceso de enseñanza-aprendizaje
que promueven las instituciones educativas en línea.
En este post
queremos destacar tres estilos de enseñanza y gestión del aprendizaje, y
sugerir algunas ideas que pueden ayudar a los docentes, de acuerdo al estilo
que promueven y al modelo de gestión del aprendizaje de la institución.
A partir del interesante artículo publicado en esta página, destacamos los siguientes estilos:
- El estilo centrado en la explicación al alumno
- El estilo centrado en el involucramiento del alumno
- El estilo centrado en el empoderamiento del alumno
Particularmente en
esta entrega hablaremos del primer estilo, en la siguiente entrega explicaremos
los otros dos.
El estilo centrado en
la explicación al alumno
Bajo este estilo, el
docente centra su quehacer en decir, paso a paso, lo que el estudiante necesita
hacer y cómo debe de hacerlo. Debido a que el estudiante guía sus acciones a
partir de lo que el docente le indica, la información debe ser lo más clara
posible. A menudo, es importante ofrecer ejemplos o modelos de lo que el
estudiante debe de ser capaz de realizar.
En un estilo basado
en la explicación, resulta mejor para el estudiante, si el docente se desplaza
de lo general a lo particular. Es decir, primero ofrecer al alumno una mirada
completa de la actividad planteada y después ofrecer los detalles de lo que
debe realizar. Por ejemplo, el docente podría ayudarse de expresiones como “Lo
que se busca en esta actividad es que… Para lograr lo anterior deberán de hacer
lo siguiente…”
También es recomendable ser lo suficientemente específico acerca de lo que se espera que el estudiante lleve a cabo y ofrecer ejemplos e indicaciones de cómo puede cumplir con lo que se le pide. En este sentido, es importante no omitir ningún detalle que ayude al alumno a realizar la actividad satisfactoriamente.
Para el estudiante
es mejor si conoce claramente las expectativas de lo que se espera de él, al
realizar la actividad, así como los plazos en que debe de hacerlo.
Finalmente,
es importante hacerle saber al alumno y reconocerle cuando ha realizado la
actividad correctamente, al igual que explicarle por qué no realizó la
actividad de acuerdo a lo que se esperaba y guiarlo para que lo haga.
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